La pandemia del Covid-19 alcanzó la pasada semana los 36 millones de personas infectadas, cerca de un millón de ellas en España (835.901), según datos de la OMS y del Ministerio de Sanidad respectivamente. Pese a las recomendaciones de los organismos competentes, las mascarillas reciben un uso inadecuado e irregular en determinados sectores de la población.

Los errores al usar mascarillas disminuyen su efectividad y pueden neutralizar su capacidad para filtrar las partículas víricas, en perjuicio de la seguridad del usuario y de su entorno inmediato.

 

¡Cuidado! Estos errores al usar mascarillas incrementan la exposición al Covid-19

Manipular la mascarilla sin lavarse las manos

Cada persona se toca la cara un promedio de 500 veces al día, según un estudio de la Universidad de Nueva Gales del Sur de 2015. Este hábito conlleva, sin embargo, un incremento del riesgo de contagio para el propio usuario. De ahí que los especialistas en infectología recomienden lavarse las manos y desinfectarlas con alcohol antes de tocar la mascarilla, ya sea para ponérsela o quitársela.

Almacenarla en lugar seguro reviste una gran importancia. Con el uso de portamascarillas se evita el error de depositarlas encima de ropas, mesas y otras superficies que pueden servir de ‘refugio’ para el SARS-CoV-2. Éste es uno de los grandes errores que debes evitar al usar mascarilla.

 

Exceder el tiempo estimado de uso

Las mascarillas, como el resto del material sanitario, tienen una duración determinada, un tiempo estimado de uso. Sin embargo, no pocos usuarios ‘estiran’ estos productos más allá de los límites aconsejables.

La vida útil de las mascarillas quirúrgicas e higiénicas alcanza las 4 horas, siendo éstas últimas las de menor durabilidad, porque la suciedad o la humedad derivada del sudor obligan a desecharlas. Determinados modelos de tipo quirúrgico, sin embargo, pueden ser reutilizados tras someterse a un lavado y desinfección concienzudas.

Las mascarillas EPI tampoco deben utilizarse más de 4-5 horas. Si muestran el marcado ‘R’ en su etiquetado, podrán reutilizarse después de un lavado, al contrario que los modelos marcados con la ‘NR’ del inglés not reusable, es decir, «no reutilizable».

 

No desechar la mascarilla humedecida por el sudor

La sudoración excesiva no sólo constituye un estigma social, como reveló un estudio de la Clínica Liberty de Barcelona. También disminuye la utilidad de la mascarilla. Sin embargo, la acumulación de sudor corporal es natural e inevitable a lo largo del día. La solución es reemplazar la mascarilla cuando ésta se haya humedecido por la sudoración. De lo contrario, se favorece la aparición de microorganismos en las zonas de presión de la piel (puente de la nariz, mejillas, etc.), lo que reduce el poder de filtración de su material. Pese a ser fácil de evitar, éste es uno de los errores comunes al usar la mascarilla.

 

Colocación incorrecta de la mascarilla

La OMS y otros organismos han difundido abundante contenido audiovisual para mostrar las malas prácticas en el uso de mascarillas. No deben colgarse de la oreja, permanecer en el cuello o abarcar únicamente la barbilla, sino que deben cubrir la boca, la nariz y la barbilla. De esta forma se protegen las zonas susceptibles de contaminarse durante los ciclos de inspiración y espiración. Pero además, ajustarla demasiado o dejarla holgada es otro error al usar la mascarilla, dado que el usuario sacrifica una óptima protección en favor de la comodidad o la estética.

 

Mala limpieza y desinfección

La mayoría de las mascarillas higiénicas y quirúrgicas están marcadas con las letras ‘NR’ del inglés non reusable, es decir, «no reutilizable». Pero otras pueden reutilizarse después de 4-5 horas de uso. Sin embargo, uno de los errores en el uso de la mascarilla radica en la limpieza deficiente de este material sanitario.

Es recomendable, para desinfectarlas correctamente, lavarlas en agua a más de 120 grados. También es útil someterlas al vapor de agua por espacio de 15-30 minutos. La limpieza puede incrementar su eficacia con la aplicación de geles hidroalcoholicos en las gomillas y piezas metálicas de la mascarilla.

 

Retirar o bajar la mascarilla al conversar

El Ministerio de Sanidad detalló en la Orden SND/422/2020 del BOE de 19 de mayo que la obligación de llevar mascarilla contempla excepciones. Por ejemplo, cuando el usuario desarrolle «actividades en las que, por la propia naturaleza de estas, resulte incompatible el uso de la mascarilla». Buenos ejemplos son consumir alimentos o realizar una intensa actividad física.

Pero la conversación no está contemplada en esta situación de excepcionalidad. Al contrario, la función de la mascarilla es proteger al entorno del usuario contra las gotitas de saliva y otras segregaciones liberadas al toser y hablar. Retirar la mascarilla para conversar, además de aumentar el riesgo de contagio, acarrea multas de 100 a 300 euros, previstas en la Ley General de Salud Pública.

Esenciales para mantener la distancia de seguridad y evitar la propagación del Covid-19, las mascarillas constituyen la única medida de protección de eficacia demostrada. Perfeccionar su uso es una decisión inteligente.